Geometría Sagrada
El movimiento natural que nos hace creadores
¿Qué es?
Es el uso de los patrones geométricos que utiliza la naturaleza para la creación. Tanto el cosmos como los átomos se rigen por estas matrices regulares para transformar la energía o vibración en materia.
En principio se conocen los sólidos platónicos, que son cuerpos o figuras completamente regulares en lados, ángulos y caras y la combinación de ellos. Luego se aprende a trazar La semilla de la vida, el huevo de la vida, la flor de la vida, el fruto de la vida y el cubo de metatrón. Se experimenta en la práctica la espiral áurea y la secuencia de Fibonacci. El uso de ésta herramienta hace permeables a la comprensión la idea de fractalidad del universo y del ser humano como parte del él.
¿Qué brinda?
En primer lugar, brinda la conexión con la Unidad, con el Todo, a través de actos motores como son el trazado, el pintado, el tejido, el bordado, el esculpido, el tallado, etc. de geometría sagrada.
En la actividad que hagamos con ella, la atención y el razonamiento están abocados a la concreción de la acción mientras que, replicar los procesos que son matrices de creación, (como por ejemplo aquel por el cual las células crean vida) permiten un estado meditativo.
¿Para qué sirve?
Para aquellos que se dedican a alguna de las disciplinas del arte en que pueda ser aplicada, le suma armonía y conexión con lo Sagrado. Eso implica que la expresión artística cuenta con un plus que facilitará su llegada de una manera más plena al público.
Para aquellos que gusten de trazar mandalas y pintarlos, hacerlos con geometría sagrada, además de ser una actividad de relajación, le da la posibilidad de introspección y unión al Todo. La persona puede sentir estados de paz, como quien lo logra rezando o meditando. De hecho, en todos los templos de diferentes religiones se puede observar esta geometría, ya que su presencia tiene la intención de llevar a quién allí se encuentre a ese estado.
¿Quiénes puede realizarlo?
Todos pueden hacerlo. La edad es una limitante en caso de los menores hasta lograr cierta madurez sicomotriz.
En el caso de los mayores, la vista o el pulso puede dificultar el uso de la herramienta, pero siempre se pueden adecuar los materiales para cada una de las necesidades.
¿Cómo se aprende?
Para aprenderlo hay muchísimo material escrito y videos en internet.
Pero si se la desea utilizar como herramienta porque se siente un gusto especial por ella, es aconsejable realizar algunos talleres, por diferentes motivos.
En el taller se aprende no sólo la ejecución motriz sino su relación con los elementos y el mundo natural, sus significados, el uso que puede hacerse de la geometría sagrada para meditar, para la salud, para construir espacios, para armonizar la casa y muchos otros aspectos en la que se utiliza.
¿Cómo detectar buenas prácticas?
En principio hay que tener en cuenta que nada es error, sino información. Al comienzo tendremos algunas dificultades con el manejo del compás o alguna otra herramienta que no estemos acostumbrados a manipular. Pero por más práctica que se tenga, siempre se cometen “errores” que son pistas que indican la situación particular por la que estamos atravesando. Hay algunas técnicas para descubrirlas y de esa manera la equivocación es una guía para el autoconocimiento. Por lo tanto, una buena práctica tiene que tener este postulado como premisa.
Otro aspecto a tener en cuenta es que no hay medición. La regla se usa para unir puntos. La naturaleza no conoce de números ni de aritmética, solo de proporciones, o sea geometría. En esta disciplina se suele decir que: “La aritmética es humana, la geometría es divina”.
Y por último la maestría, la otorga sólo la práctica. El uso y el ejercicio de la geometría sagrada brindan a quien la realiza el crecimiento y la comprensión que no puede dársela ninguna capacitación ni diplomatura. La práctica es maestría.
Un cuento: El Espiral
El grupo de segundo año de la escuela polivalente de arte había ganado la etapa local de la feria de ciencias con su trabajo sobre el número áureo. Las investigaciones, guiadas por los profesores, los había llevado a hacer un tremendo descubrimiento.
La hipótesis sobre la que trabajaron era que la relación de Phi se podía encontrar tanto en la naturaleza como en las obras de las civilizaciones. La medida de las hojas, los caracoles, hasta del cuerpo humano ya les eran un poco aburridas por lo habituales, pero se les puso interesante cuando el profe de historia les sugirió que trazaran una espiral aurea sobre el territorio. La misma tenía que ubicar el punto de origen en un centro de poder social actual, por ejemplo, la municipalidad, y su otro extremo en el lugar más significativo de la naturaleza, que en este paisaje era el cerro más alto. Los orientó a que ubicaran en el mapa los ocho puntos donde las rectas se cruzaban e investigaran qué había en esos lugares. Ese trabajo los entusiasmó porque tuvieron que salir a hacer una investigación de campo y eso significó juntar el paseo con el aprendizaje.
Cuando regresaron con los datos, sentados en la mesa junto los profesores, se instaló una atmósfera rara. Era como si estuvieran abriendo la tapa de un tesoro a escondidas, con miedo a que los descubran. Sin saber aún porqué, cerraron las cortinas para que nadie los mire desde afuera. Sobre la mesa grande estaba extendido el mapa que consiguieron en el Instituto Geográfico Nacional. Sobre él lucía dibujada en fibra negra la espiral áurea y las rectas que la cruzaban, así como los nombres del origen y del final de la espiral: Municipalidad/Iglesia y Cerro Lindo.
Juanpi trajo la información del segundo punto y comenzó a leer. Justo allí se ubicaba el juzgado N° 1, creado por una ley provincial en un terreno cedido por los descendientes de uno de los primeros terratenientes fundacionales. Marina presentó su investigación, el tercer punto correspondía al Hospital, fundado sobre un predio donado por un hijo del mismo hacendado. Ya una idea de complot se iba instalando en los más jóvenes y, de conocimiento y comprensión, en los profesores. Joaquín explicó que el cuarto punto se hallaba muy cercano a la estación del ferrocarril que permitió un gran progreso social y económico a la localidad. Luis les contó que en el siguiente punto estaba el haras perteneciente al mismo apellido de los terrenos donados. De la misma manera el sexto y séptimo punto correspondieron a los cascos de las grandes estancias de la época, a manos de otros dueños, todos descendientes del primero.
El plano quedó con los nombres en verde en cada lugar, los chicos no entendían mucho lo que estaba ocurriendo… ¿Cómo podía ser tanta casualidad?
La profesora de arte les había dicho que la espiral áurea es un movimiento creador de la naturaleza. Pero… ¿Qué había ocurrido allí?
El profesor de historia arriesgó:
-¿Masones, usando la geometría para el progreso social y económico?
Se abría una nueva hipótesis.